Hola Ricardo,
Soy Matilde, bandoneón de la Orquesta Típica Imperial y acá va mi comentario a raíz de la discusión sobre el "tango electrónico" (aclaro que es mi opinión y no necesariamente la del resto de los chicos de la Imperial).
En primer lugar, es cierto que es muy difícil "hablar mal" del "tango electrónico" cuando hay una movida tan grande que lo sostiene... Escuché a muchos buenos y reconocidos músicos de tango decir que el "tango electrónico", o al menos una buena parte de él, además de no tener nada que ver con el tango, es una música muy burda y elemental. Pero es difícil decir esto públicamente sin pasar por reaccionarios. Lamentablemente el ejemplo de la reacción a Piazzolla nos dejó marcados y ahora esa equivocación que cometieron unos cuantos tangueros en esa época parece dar argumentos con los que no sólo se defiende al "tango electrónico": además terminan, en algún modo, poniéndolo a la misma altura que a Piazzolla. ¡Pero qué comparación! Piazzolla fue un genio e independientemente de que algunas de sus producciones estuvieran quizás un poco alejadas del tango tradicional, nadie puede ni podía negar que Piazzolla sabía mucho de tango, ¿no?: su historia empieza ya en el 40 y pico y antes.
Por otro lado algo muy llamativo es que algunos de los instrumentistas que participan o participaron en grupos de "tango electrónico" (conozco por lo menos tres casos) confiesan que la música que hacen con estos grupos no les gusta ni medio. Obviamente tampoco esto lo van a decir públicamente porque se quedarían sin el laburo y además quizás podrían ser acusados de mercenarios.
Hay varias cuestiones: por un lado la riqueza de la música, se llame como se llame, por otro lado la cuestión de qué definimos como tango, y por otro lado el espacio de difusión que obtiene esta música.
Pensando en la primera cuestión me acuerdo del cuento sobre el duque que sale a la calle vestido con un "vestido invisible" (en bolainas, en realidad) y la multitud - con tal de ir con la corriente - lo aclama por la belleza del traje. Creo que nuestro criterio para decidir si una música es buena o no debería basarse en la experiencia personal, en el grado de emoción, o de interés intelectual o incluso de entretenimiento que esa música nos pueda aportar. Quizás el "tango electrónico" esté en su primera etapa de gestación y luego más adelante surgen cosas más interesantes...
Con respecto a qué es tango, por supuesto que es muy difícil dar una definición, y la barrera entre lo que es y lo que no es tango es muy difusa. Pero una cosa es clara: hay alguna unidad entre lo que llamamos tango que hace que no a cualquier música o forma de bailar podamos darle ese nombre. La música del tango es rica en ritmos, maneja ciertos tipos de acompañamientos (como marcato, síncopa, 332), tiene formas especiales de fraseo, toques definidos diferentes de los de otras músicas... No digo que no se pueda hacer experimentación, pero creo que una base de chill out con un bandoneón sonando encima no tiene mucho sentido de ser llamada tango. (Repito que de todas maneras no me parece que todo el "tango electrónico" sea igual).
Una cosa que me enoja es que a veces se haga pasar al "tango electrónico" por "el tango joven" o "el tango nuevo" o "la evolución del tango". En realidad creo que hay más jóvenes haciendo tango tango. En Argentina pasaron muchos años en los que el tango fue despreciado por la gente, sobre todo por la gente joven; se veía como música "de viejos". Esto fue lo que sentía la generación de nuestros padres. Hay muchas razones para ello, y, como todos saben, entre ellas están "el mercado", el negocio de las discográficas, la invasión de músicas de Estados Unidos e Inglaterra, etc.
Afortunadamente en la actualidad es mucha la gente que se está acercando a escuchar, bailar y tocar tango, y hay muchos jóvenes (¡y muy jóvenes algunos!) que están buscando su camino en la producción de música de tango. Y se está aprendiendo mucho, se está escribiendo mucha música, algunos grupos comienzan a diferenciarse con su estilo... Pero parece que de todas maneras los billetes vienen más por el lado de lo electrónico...
Y para terminar poniéndome bien trágica y panfletaria:
A veces las mezclas de músicas o las mezclas de culturas pueden conducir a algo nuevo e interesante. Algunos intercambios son muy productivos. Pero hay una diferencia entre el matrimonio de un musulmán con una norteamericana y la invasión de Bush y sus petroleros a Irak, no se trata del mismo tipo de mezclas culturales, ¿no? El problema es cuando una de las culturas que interactúa es la cultura dominante de todo el planeta.
Entonces más que una riqueza se produce una uniformización, un aplastamiento de las culturas locales. Esto se transforma en la forma más sutil de dominación. Y el mundo se empieza a parecer a El mundo feliz, de Huxley. Uno puede estar en cualquier lugar del mundo y entrar a un Mc Donald's a comer la misma hamburguesa mientras escucha la misma música, una música muy fácil de entender y de bailar: punchi - punchi.
Mucho más fácil que los ritmos del folclore argentino, del flamenco, de la música de Bulgaria, del tango... Chan chan,
Matilde Vitullo (Tango y Cultura Popular - Número Extraordinario, Junio de 2006)
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