5/10/09

Evocación de Bahía Blanca

Por Eduardo Giorlandini

Di Sarli está presente en el cariño de los tanguistas bahienses, con gran intensidad afectiva, sin recelos, ni retaceos y supercherías.

Esto último ha sido un producto de la envidia y la mala fe, y por lo cual un antiguo comentarista habló de la bondad cristiana de Carlos Di Sarli, al perdonar el daño y la maldad.

Recordado constantemente en el tiempo por autoridades, por los medios de comunicación y por las asociaciones locales, hoy es una original y generosa organización, conducida por Susana Giandoménico, que, con entusiastas colaboradores, ha instituido la modalidad de realizar bailes, charlas y homenajes.

Tal institución se denomina "Tango en los Barrios", e intenta lo más genuino que pertenece a la historia del género, su reinserción en los ámbitos barriales, para devolverle al tango su solar primigenio, así como en el corazón de Bahía.

En el curso del corriente año lo evocó al cumplirse un siglo de su nacimiento, el 7 de enero. Hoy lo reitera para colocar una placa recordatoria, en esta plazoleta y en esta esquina ya popularizada por tal motivo en nuestra ciudad.

Para que los bahienses asuman la convicción que él Maestro Carlos Di Sarli fue uno de los más grandes de toda la historia del tango, como músico, compositor y director, en la cuna del tango, Buenos Aires, vencidos los sentimientos inconcientes o escondidos, los más serios y responsables historiadores y comentaristas, están asomado a la luz después de las tinieblas que, en cierto sentido desdibujaron u ocultaron lo más relevante de su personalidad artística.

Aníbal Troilo lo reconoció así, en plenitud de talento y de aptitud para captar las emociones del pueblo, de gentes sencillas, de diletantes y melómanos, que se sensibilizan más todavía, se conmueven y se agitan con querencias desde el umbral del espíritu hacia adentro, muy adentro.

Carlos Di Sarli unió la creatividad propia de la circunstancia musical que determinó a no pocos músicos a traducir de ese modo, una afectividad nacida al amparo de las armonías humanas que formaron el amasijo tanguero.

Esto se explica de otro modo, a mayor abundamiento: Angel Gregorio Villoldo expresó un tipo de música de una Argentina y, en particular, dé una Buenos Aires, cuya composición social informaba de cierto grado de dispersión, en sentido sociológico, por causa de los flujos migratorios tan vigorosos exteriorizados con mayor intensidad en la década de 1880.

Carlos Gardel unió los elementos de nuestra sociedad y nuestra cultura: campo y ciudad; y sintetizó la esencia de un ser nacional complejo y variado, por la diversidad de nacionalidades, Juan Carlos Cobián y Carlos Di Sarli incorporaron. elementos de academicismo y de distantes influjos de música clásica, de técnicas y arcanos que enriquecieron a la música ciudadana, por formación y por esa dinámica inherente al ser. empujada por las cosas del espíritu y por los dones de la Providencia.

Muchos otros acompañaron la gesta. Así, el tango de su tiempo se transformó de modo rico y grandioso. Sumó para su entorno la experienca de la historia de de la música, de modo completo, universal, identificando el tango hecho a cancha y cielo abierto, que, por designio y destino providencial, abrevó en lo sones y los rincones de la música de todos los tiempos y laitudes, como resultante cultural, artístico-literaria y coreográfica.

Tal es mi concepto, para no reiterar lo ya conocido.

Y digo también que Carlos Di Sarli, al mismo tiempo, se engarzó en la corriente del nacionalismo musical, el que, preservando la esencia del ser argentino, levantándose en mito bahiense , sin desdeñar el universalismo musical ni tampoco las querencias nacidas bajo la advocación del amor que palpita en los corazones de este rinconcito austral de la República.

El clavel que podemos exhibir en nuestra esencia inmortal se denomina Bahía Blanca.

El poeta, en este caso Iván Diez, expresó mejor el nexo y la hermandad de Carlos Di Sarli con el tango:

"Che, tango, usted ¿quién es?
Sinceramente, respóndame, amigazo que lo escucho.
Y el tango despidiéndose del pucho,
contestó, más o menos lo siguiente;
Soy abrigo y soy pan, medalla o grito,
regalo sal de lágrimas o alegro;
soy caña de emoción, tabaco negro
y de mozas de ley, el espejito.
¿Tiene hermanos y amigos en la barra?
Me invitan, dijo el tango a toda farra
y sé que más de un hombre que es sincero,
pero digo, creyéndolo oportuno,
que hermano verdadero, tengo uno
y es Carlitos Di Sarli, compañero."
(Poema Tango)

Aunque inmarcesiblemente sea siempre tango el tango, cada uno con su marca. Di Sarli, además de lo expuesto, con su romanticismo y el carácter milonguero, su sencillismo desbrozador de variaciones y firuletes, el pianismo llegador y el temperamento fuerte en la interpretación, también elemento-cardinal del tango. No pocos elementos, afianzados en la música clásica están presentes en ella, se trate del sentido espiritual, de las melodías propias y ajenas, el fraseo y el rubato, el ligado y el stacato, la armonía y el contrapunto, por no mencionar otros de los tecnicismos definidos por los musicólogos sobre la base de la creatividad del músico.

Dicho de otro modo, un tango comme il faut, de academia y sentimientos raigales.

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