18/4/17

¿Vuelve Martel...?

Hace nueve años aproximadamente, con más precisión el diez de junio de mil novecientos ochenta y dos, en un diario capitalino salió la versión del posible regreso de Julio Martel al disco...

De su vuelta a los escenarios que lo vieron triunfar y que sin medias vueltas, sufrían su ausencia...

"Que sí, que no, que hay posibilidades, que lo está estudiando..."

...El "hombre", seguía tranquilo en su casaquinta de Don Torcuato... allí sólo barajaba la posibilidad de ese retiro definitivo que había adoptado desde hace muchos años...

Ante la requisitoria periodística, Julio Martel habló a la prensa y esto fue lo que comentó... "Yo estoy muy bien acá en mi casa, rodeado por los míos... Es verdad... había una propuesta para volver a grabar... pero luego de pensarlo durante mucho tiempo, decidí quedarme así como estoy... "no vuelvo, mi amigo..."

Esta es una decisión que he tomado hace ya treinta años, y de la cual no estoy arrepentido... Todo tiene su porqué en la vida... Cuando me fui del "ruedo" de la canción, la concurrencia a los bailes comenzaba a declinar... 

Y muchos dicen que me fui porqué me estaba quedando con poco pelo (risas), y bueno, algo de eso también habrá... Creo que lo fundamental fue que al entrar un poco forzado, me fui en cuanto pude... 

Sí... en mi vida hice de todo, fui "caddie" de golf, fletero, cantor... ahora soy jefe de comercialización de una empresa, desde hace doce años... Mire, cuando apenas dejé de cantar fui fletero... pero era feliz... 

Como le decía, entré un poco a la fuerza al ambiente de la canción... Primero di una prueba con el bandoneonista Moresco, pero me fue mal, reboté...

Luego la di con Juan Giordano y allí sí tuve suerte... Pasaron muchos años, un día volví de una gira por Colombia y le dije a mi madre: "NO CANTO MAS, LARGO TODO..." Y así fue, lo largué... De tal forma fue que ni siquiera en mi casa canto y para mis amigos lo hago en contadas oportunidades... Cuando en la radio pasan un disco de Julio Martel, acá en mi casa, nadie le da bolilla, ninguno le presta atención..."

"No vuelvo porque sino se va a perder una cosa que no se paga con ningún dinero. Mire, yo prefiero qua me pregunten por qué no canto, y no que me pregunten por qué sigo cantando..."

(Los Grandes del Tango, N° 38, pág 16-Julio 1991) 

Del Lunfardo-Nota I

Mina
La MINA es la mujer y es quizá la palabra que tenga más cantidad de sinónimos y derivados. Es también la palabra más usada en la poesía y el tango lunfa por muerte. Yo me tomé el trabajo de hacer una estadística y MINA ganó por varios cuerpos.
"MINA que te manyo de hace rato" dice el tango. La palabra procede del italiano jergal y en un principio parece ser que se le decía MINA porque su explotación podía dar mucha guita, pero con el tiempo se generalizó y la MINA pasó a ser la mujer sin connotaciones peyorativas.
Felipe Fernández "Yacaré" en uno de sus poemas dice:
Yo a la MINA le bato: paica, feba, catriela,
percanta, cosa, piba, budín o percantina,
chata, bestia, garaba, peor es nada o fémina,
cusifai, adorada, chiruza, nami o grela.
Martina Iñiguez afirma:
Lo bueno de ser MINA es esa fiesta
de vida que en el cuerpo nos palpita
y el dulce deshojar la margarita
del si y el no frente a la especie opuesta
Es el gozar ser madre a toda orquesta
y esa virtud innata, sibarita
de escamotearle al choma fuerza y guita
y en lo que da, manyar lo que le cuesta.
También saber que lo que al punto irrita
es nuestra pretensión, loca, funesta
de no pisar el palo a lo chorlita
Les jode que tengamos en la testa
tal gama de placeres, ¡infinita!
aunque llevemos la bombacha puesta.
Y de ahora en mas escucharemos a varias MINAS que han aportado lo suyo al tango.
Y de aquella mina explotada a la mina de hoy ha corrido mucha agua bajo el puente.
Escuchemos otro soneto de Martina Iñiguez, mina contemporánea en que con mucha ironía pone en evidencia la desconsideración del hombre para con la mujer y también la preocupación femenina por el parecer antes que el ser.
Por eso que llamamos "la presencia"
las minas nos biabamos por demás
con liftings, siliconas sin la anuncia
de la busarda que no embucha más.
Y pronto nos amura la prudencia
tras la belleza, pretensión fugaz,
que se nos pianta sin benevolencia
con su diquero pedigré falaz.
Esa preocupación por la apariencia
responde a una razón tal vez procaz:
y es que los puntos tiene la tendencia,
lo mismo el timorato que el audaz,
de empezar a evaluar la inteligencia,
después que revisaron lo demás.
El lunfardo es tan rico que puede definir con más precisión que el mismo castellano, edad, condición social, características físicas etc. de la jermu.
Cuando una mujer nace decimos que nació una "chancleta" y así definimos el sexo de la criatura.
Con el tiempo es una "gurrumina" (chica jovencita menor de edad), "mocosa", "piba", una "pebeta" (puede ser una niñas que andan alrededor de los quince), una feba (jovencita que es una diosa) y en cuanto va entrando en kilos ya se puede vislumbrar si va a llegar a ser un "budín" (mujer joven y hermosa), un "biscuit", una "papa", una "papusa" o una "papirusa", todas acepciones que se usan para nombrar a la mujer hermosa que está como para comérsela.
Los porteños hemos inventado palabras y palabras para homenajear a la mujer hermosa y ante la belleza desbordante de algunas, nos quedamos mudos, como estúpidos (como estúpidos que somos).
En la historia hubo minas que se destacaron por su hermosura y más de uno por ellas perdió la zabeca y gracias a ese don que Dios les dió algunas supieron explotarlo económicamente y llegado el momento, hicieron temblar a los jueces que la juzgaron, tal el caso de "Frine" a la que describe con singular inteligencia otra mujer: Nidia Cuniberti.
Y en el soneto encontramos varias de las palabras que hoy nos ocupan "percanta", "mina", "papusa", "budín", "loros barranqueros". Ya ven las vueltas que puede tener la MINA.
Todo el que la embrocaba gritaba ¡Dequerusa!
porque solo mirarla te quitaba el aliento
y si bien era un poco tirando a rantifusa
ninguna otra PERCANTA acumuló más vento.
Porque fue MINA rana además de PAPUSA
nada de mucho mimo o de amoroso acento,
al diablo con el pobre poeta contamusa,
venga el tipo de guita, que ya después te cuento.
Friné, BUDIN beocio, de puro casquivana
los jueces carcamanes dispusieron tu cana
pero con tus encantos hiciste tabla rasa.
Los pobres viejos verdes al junar tu belleza
recordaron de golpe con dolor de cabeza
los LOROS BARRANQUEROS que tenían en casa.
La MOCOSA llamada más cariñosamente MOCOSITA es una "chiquilina inocente y cándida". Lo de MOCOSITA viene de aquello de ser tan inexperta de no saber siquiera limpiarse los mocos. El tanguero mas de una vez a su jermu le decía mocosita aunque ya hubiera pasado la época.
Los añitos pasan y la nena es ya una "chuchi" (mujer bonita), una "muchacha" (mujer entrada en la mocedad), una "guaina" (mujer candorosa, virginal) una "mujica", un "mosaico", una "naifa", una "sofaifa", una "percanta", una "potranca" y puede ser una "bomba", o un "bagayo", una "lora", un "queso".
Es curioso que cuando alguien quiera hablar mal de una mujer diga que es una yegua,siendo que la yegua es simplemente la hembra del caballo y en ningún momento se le adjudica maldad alguna, sin embargo cuando quiere destacar la belleza de una pebeta le dice cariñosamente "potranca" o "potrilla", y cuando admite que ya es una mujer hecha y derecha con toda la polenta la llama "potra". La potranca marca una edad y una condición.
Te lo bato pa´que entiendas
en esta jerga burrera
que vos sos una POTRANCA
para una penca cuadrera
y yo -¡ché vieja!
ya he sido relojeao p´al Nacional.
NAIFA es una acepción más de mujer, Chiappara dice que es "una mina requetebuena...chiquilla traviesa y muy avispada". Que no es nada sonsa y que suele rechiflarse, lo demuestra Julián Centeya en el soneto que justamente tituló "La rechiflada".
Siempre te rechiflás. Por cualquier cosa
la broncás y te da por el ataque.
Una cheno cualquiera con un saque
te vi´a dejar de cama bien mormosa.
Ya no te aguanto más, María Melato,
esgunfio como estoy le doy un corte,
buscate urgentemente quien soporte
tu neurastenia en gris. ¡Este es mi trato!
La NAIFA lo escuchó y dulcemente
le clavó la mirada frente a frente
poniéndole una noma en la cabeza.
Con un hilo de voz, sin espamento,
le dijo al breón que andaba en movimiento:
Andá chabón... barreme bien la pieza.
El físico queda definido perfectamente si la mina es un "ropero", como podría ser Maria Marta Serra Lima, un "camión", o una "potra", como,... digamos,... Moria Casán.
Cuando una mujer es elegante y seductora se la denomina "faifa".
La "grela", "garaba" o "naifa" es, con pequeñas diferencias, casi lo mismo. En todos los casos es sinónimo de mujer pero la grela es segun Chiapara "la mina del suburbio, medio rantifusa en el sentido de abolengo bajo, pero que se diplomó de canchera "justo a los dieciocho abriles".
Pero como pasa con muchas palabras los lunfardólogos no siempre se ponen de acuerdo y en este caso un erudito como Mario Reruggi declara "no tener pruebas sobre el origen, pero recuerda que en gallego "grela" significa coneja y figurativamente, mujer muy fecunda.
La "garaba" es una mina explotada por el caralisa y la "naifa" es una pendeja medio desvergonzada y querendona.
Guarnieri en su "Diccionario del lenguaje rioplatense" define a la GRELA como "Mujer explotada por un caralisa", o sea sinónimo de garaba. ¡Estos lunfardólogos nos van a volver locos! (Si ya no lo estamos).
Cuando al limonero se le empiezan a caer las hojas y los años van deteriorando el andamiaje la mina pasa a desmejorarse ante los ojos del macho exigente y la empieza a ver como un "bagre", un "lorenzo", un "loro barranquero", un "mono", un "mueble", un "queso".
Si la mina es querendona, aficionada al mimo, decimos que es una "faifa" o "sofaifa" que pertenece al "bramaje", esto la define como fácil para el amor. Si la mina es una estirada que dice habitar el inexistente Barrio Norte es una "concheta".
Y podríamos seguir con la MINA durante varias audiciones, pero por hoy dejamos a la MINA en paz. Solo nos resta agradecerles a las "papas", "papusas", "papirusas", a las "chuchis", a las "bombas" y a las "minonas" la paciencia que han tenido al escucharlo y si por ahí, por casualidad nos sintonizó algún "bagayo" sepa que no existe la mujer fea porque como decía muy bien aquella canción que sabían cantar los gallegos.
"Traigame una mujer fea que por muy fea que sea yo le veré algo bonito". 

(Extracto del Artículo publicado en la Revista CLUB DE TANGO Nro. 44 - Lunfardeando, por Oscar Himschoot)

14/4/17

El Lunfardo en el Tango

Por Eduardo A. Gargallone

Mucho ya se ha dicho y escrito sobre esta forma de comunicación que es el lunfardo, por lo que aquí solamente haré un par de consideraciones para poder situarnos en un tiempo y un espacio relativo a su inicio.

El 6 de octubre de 1876 y bajo la presidencia del Dr. Nicolás Avellaneda se sanciona en la República Argentina la Ley 817, denominada de Inmigración y Colonización, Ley que abriría las puertas a una marea humana proveniente del viejo continente y en especial de Italia. La magnitud de lo expuesto se fundamenta en el dato de que para 1887, Buenos Aires contaba con 432.000 habitantes, de los cuales 228.000 eran extranjeros y de ellos, 138.000 provenientes de Italia.

Con la llegada de los inmigrantes comienza a gestarse esta jerga que es utilizada en principio por los delincuentes para evitar así que se descubra el contenido de sus conversaciones y se lo comenzó a conocer como “el debute chamuyar canero” que viene a significar “el buen hablar de los que están presos”. En su formación, se suman las palabras provenientes mayoritariamente del italiano; del francés; del portugués y del gallego a las voces indígenas y africanas ya existentes en el Río de la Plata. El término “lunfardo” deriva de “lombardo” que en el dialecto romanesco significa “ladrón”. Autores como Gobello, Soler Cañas, Ferrer y Amaro Villanueva entre otros así lo avalan.

El primer compendio de voces lunfardas aparece en el diario “La Prensa” del día 6 de julio de 1878 bajo el título “El Dialecto de los Ladrones” siendo su autor anónimo.

El de abril de 1879, bajo el título de “Bocetos Policiales” el Sr. Benigno Lugones registra en el diario “La Nación” 54 voces a las que definió como el “caló de los ladrones”.

Dejando ya de lado el tema del lunfardo, conviene consignar que paralelamente a éste, se fue desarrollando en el Río de la Plata otra modalidad de comunicación que es el “vesre” (revés). Esta manera de hablar simplemente invierte las sílabas de la palabra original y se aplica tanto al lunfardo (nami= mina; camba= bacan; boncha= chabon) como al idioma cotidiano (gomia= amigo; feca= café; gotan=tango).

Establecidas las consideraciones antes menciona-das iremos de lleno al tema que en este artículo nos ocupa: el lunfardo en el tango.

El tango, esa expresión popular que (al igual que el lunfardo) es fruto de la mixtura de razas que se da en el Río de la Plata a partir de la segunda mitad del siglo XIX, no podía ser ajeno a esa realidad social y ya desde sus primeras letras comienza a poblarse de términos lunfardos.

Es intención de quien estás líneas escribe, ir presentando letras (ya sean tangos, milongas o poemas) que incluyan términos lunfardos, junto a un glosario que permitirá entenderlos.
 
Y vamos a comenzar con “El Ciruja” (Música: Ernesto de la Cruz-letra: Francisco Alfredo Marino) que es el tango con más palabras lunfas que ese haya escrito hasta la fecha.

El Ciruja
 
Como con bronca y junando
de rabo de ojo a un costado,
sus pasos ha encaminado
derecho pa’l arrabal.
Lo lleva el presentimiento
de que en aquel potrerito,
no existe ya el bulincito
que era su único ideal.

Recordaba aquellas horas de garufa,
Cuando minga de laburo se pasaba,
Meta punguia, al codillo escolaseaba
Y en los burros se ligaba un metejón;
Cuando no era tan junao por los tiras,
La lanceaba sin tener el manyamiento,
Una mina le solfeaba todo el vento
Y jugó con su pasión.

Era un mosaico diquero
que yugaba de quemera,
hija de una curandera,
mechera de profesión;
pero vivía engrupida
de un cafiolo vidalita
y le pasaba la guita
que le shacaba al matón.

Frente a frente, dando muestra de coraje,
los dos guapos se trenzaron en el bajo,
y el ciruja, que era listo para el tajo
al cafiolo le cobró caro su amor.
Hoy ya libre’e la gayola y sin la mina,
Campaneando un cacho’e sol en la vedera,
Piensa un rato en el amor de su quemera
y solloza en su dolor.
 
Diccionario Lunfardo

Ciruja: recolector informal de residuos, vagabun-do.
Bronca: rabia, enojo.
Junando: mirando.
Arrabal: suburbio
Potrerito: terreno baldío, descampado.
Bulincito: vivienda, pieza.
Garufa: Salida de juerga, parranda, diversión.
Minga: nada, sin.
Laburo: trabajo
Punguia: hurtar de los bolsillos ajenos.
Escolaseaba: jugaba a las cartas apostando dinero.
Burros: caballos de carrera
Ligaba: agarraba, pillaba (entre otras acepciones)
Metejón: capricho, enamoramiento
Junao: observado, conocido.
Tiras: policías
Lanceaba: hurtaba con los dedos.
Manyamiento: Revisión periódica que la policía hacia de los delincuentes conocidos para informa-ción de los nuevos agentes.
Mina: mujer
Solfeaba: hurtaba, sacaba.
Vento: dinero
Mosaico: mujer joven, muchacha.
Diquero: que llama la atención. También se utiliza para indicar ostentación.
Yugaba: trabajaba.
Quemera: persona que trabajaba en la quema de residuos.
Mechera: mujer que hurta prendas de vestir escondiéndolas entre las que lleva puestas.
Engrupida: engañada, creída.
Cafiolo: explotador de mujeres, proxeneta.
Vidalita: sin dinero, seco. También vividor
Guita: dinero.
Shacaba: hurtar, quitar.
Matón: hombre pendenciero.
Guapos: valientes, sin miedo al peligro.
Trenzaron: enfrentaron en pelea, agarraron.
Tajo: herida con arma blanca. En este caso “listo para el tajo” hace alusión a la .habilidad en el uso del cuchillo en la peleas cuerpo a cuerpo.
Gayola: cárcel, presidio.
Campaneando: mirando, observando.
Cacho: trozo, retazo, parte de algo.

Fuentes:
Archivo General de la Nación (Rep. Argentina)
I.N.D.E.C. (Instituto Nacional de Estadística y Censo, Rep. Argentina)
Obras de: José Gobello, Hnos. Bates, Soler Cañas, Horacio Ferrer y Amaro Villanueva.

(Original en Altango en Flores-N° 12 -Jul-Ago-Set 2011)