Mina
La MINA es la
mujer y es quizá la palabra que tenga más cantidad de sinónimos y derivados. Es
también la palabra más usada en la poesía y el tango lunfa por muerte. Yo me
tomé el trabajo de hacer una estadística y MINA ganó por varios cuerpos.
"MINA que te
manyo de hace rato" dice el tango. La palabra procede del italiano jergal
y en un principio parece ser que se le decía MINA porque su explotación podía
dar mucha guita, pero con el tiempo se generalizó y la MINA pasó a ser la mujer
sin connotaciones peyorativas.
Felipe Fernández "Yacaré" en uno de sus poemas dice:
Yo a la MINA le
bato: paica, feba, catriela,
percanta, cosa, piba, budín o percantina,
chata, bestia, garaba, peor es nada o fémina,
cusifai, adorada, chiruza, nami o grela.
Martina Iñiguez afirma:
Lo bueno de ser
MINA es esa fiesta
de vida que en el cuerpo nos palpita
y el dulce deshojar la margarita
del si y el no frente a la especie opuesta
Es el gozar ser
madre a toda orquesta
y esa virtud innata, sibarita
de escamotearle al choma fuerza y guita
y en lo que da, manyar lo que le cuesta.
También saber que
lo que al punto irrita
es nuestra pretensión, loca, funesta
de no pisar el palo a lo chorlita
Les jode que
tengamos en la testa
tal gama de placeres, ¡infinita!
aunque llevemos la bombacha puesta.
Y de ahora en mas
escucharemos a varias MINAS que han aportado lo suyo al tango.
Y de aquella mina
explotada a la mina de hoy ha corrido mucha agua bajo el puente.
Escuchemos
otro soneto de Martina Iñiguez, mina contemporánea en que con mucha ironía pone
en evidencia la desconsideración del hombre para con la mujer y también la
preocupación femenina por el parecer antes que el ser.
Por eso que
llamamos "la presencia"
las minas nos biabamos por demás
con liftings, siliconas sin la anuncia
de la busarda que no embucha más.
Y pronto nos
amura la prudencia
tras la belleza, pretensión fugaz,
que se nos pianta sin benevolencia
con su diquero pedigré falaz.
Esa preocupación
por la apariencia
responde a una razón tal vez procaz:
y es que los puntos tiene la tendencia,
lo mismo el timorato que el audaz,
de empezar a evaluar la inteligencia,
después que revisaron lo demás.
El lunfardo es
tan rico que puede definir con más precisión que el mismo castellano, edad,
condición social, características físicas etc. de la jermu.
Cuando una mujer
nace decimos que nació una "chancleta" y así definimos el sexo de la
criatura.
Con el tiempo es
una "gurrumina" (chica jovencita menor de edad), "mocosa",
"piba", una "pebeta" (puede ser una niñas que andan alrededor
de los quince), una feba (jovencita que es una diosa) y en cuanto va entrando
en kilos ya se puede vislumbrar si va a llegar a ser un "budín" (mujer
joven y hermosa), un "biscuit", una "papa", una
"papusa" o una "papirusa", todas acepciones que se usan
para nombrar a la mujer hermosa que está como para comérsela.
Los porteños
hemos inventado palabras y palabras para homenajear a la mujer hermosa y ante
la belleza desbordante de algunas, nos quedamos mudos, como estúpidos (como
estúpidos que somos).
En la historia
hubo minas que se destacaron por su hermosura y más de uno por ellas perdió la
zabeca y gracias a ese don que Dios les dió algunas supieron explotarlo
económicamente y llegado el momento, hicieron temblar a los jueces que la
juzgaron, tal el caso de "Frine" a la que describe con singular
inteligencia otra mujer: Nidia Cuniberti.
Y en el soneto
encontramos varias de las palabras que hoy nos ocupan "percanta",
"mina", "papusa", "budín", "loros
barranqueros". Ya ven las vueltas que puede tener la MINA.
Todo el que la
embrocaba gritaba ¡Dequerusa!
porque solo mirarla te quitaba el aliento
y si bien era un poco tirando a rantifusa
ninguna otra PERCANTA acumuló más vento.
Porque fue MINA
rana además de PAPUSA
nada de mucho mimo o de amoroso acento,
al diablo con el pobre poeta contamusa,
venga el tipo de guita, que ya después te
cuento.
Friné, BUDIN
beocio, de puro casquivana
los jueces carcamanes dispusieron tu cana
pero con tus encantos hiciste tabla rasa.
Los pobres viejos
verdes al junar tu belleza
recordaron de golpe con dolor de cabeza
los LOROS BARRANQUEROS que tenían en casa.
La MOCOSA llamada
más cariñosamente MOCOSITA es una "chiquilina inocente y cándida". Lo
de MOCOSITA viene de aquello de ser tan inexperta de no saber siquiera
limpiarse los mocos. El tanguero mas de una vez a su jermu le decía mocosita
aunque ya hubiera pasado la época.
Los añitos pasan
y la nena es ya una "chuchi" (mujer bonita), una "muchacha"
(mujer entrada en la mocedad), una "guaina" (mujer candorosa,
virginal) una "mujica", un "mosaico", una
"naifa", una "sofaifa", una "percanta", una
"potranca" y puede ser una "bomba", o un
"bagayo", una "lora", un "queso".
Es curioso que
cuando alguien quiera hablar mal de una mujer diga que es una yegua,siendo que
la yegua es simplemente la hembra del caballo y en ningún momento se le
adjudica maldad alguna, sin embargo cuando quiere destacar la belleza de una
pebeta le dice cariñosamente "potranca" o "potrilla", y
cuando admite que ya es una mujer hecha y derecha con toda la polenta la llama
"potra". La potranca marca una edad y una condición.
Te lo bato pa´que
entiendas
en esta jerga burrera
que vos sos una POTRANCA
para una penca cuadrera
y yo -¡ché vieja!
ya he sido relojeao p´al Nacional.
NAIFA es una
acepción más de mujer, Chiappara dice que es "una mina
requetebuena...chiquilla traviesa y muy avispada". Que no es nada sonsa y
que suele rechiflarse, lo demuestra Julián Centeya en el soneto que justamente
tituló "La rechiflada".
Siempre te
rechiflás. Por cualquier cosa
la broncás y te da por el ataque.
Una cheno cualquiera con un saque
te vi´a dejar de cama bien mormosa.
Ya no te aguanto
más, María Melato,
esgunfio como estoy le doy un corte,
buscate urgentemente quien soporte
tu neurastenia en gris. ¡Este es mi trato!
La NAIFA lo
escuchó y dulcemente
le clavó la mirada frente a frente
poniéndole una noma en la cabeza.
Con un hilo de voz, sin espamento,
le dijo al breón que andaba en movimiento:
Andá chabón... barreme bien la pieza.
El físico queda
definido perfectamente si la mina es un "ropero", como podría ser
Maria Marta Serra Lima, un "camión", o una "potra",
como,... digamos,... Moria Casán.
Cuando una mujer
es elegante y seductora se la denomina "faifa".
La
"grela", "garaba" o "naifa" es, con pequeñas
diferencias, casi lo mismo. En todos los casos es sinónimo de mujer pero la
grela es segun Chiapara "la mina del suburbio, medio rantifusa en el
sentido de abolengo bajo, pero que se diplomó de canchera "justo a los
dieciocho abriles".
Pero como pasa
con muchas palabras los lunfardólogos no siempre se ponen de acuerdo y en este
caso un erudito como Mario Reruggi declara "no tener pruebas sobre el
origen, pero recuerda que en gallego "grela" significa coneja y
figurativamente, mujer muy fecunda.
La
"garaba" es una mina explotada por el caralisa y la "naifa"
es una pendeja medio desvergonzada y querendona.
Guarnieri en su
"Diccionario del lenguaje rioplatense" define a la GRELA como
"Mujer explotada por un caralisa", o sea sinónimo de garaba. ¡Estos
lunfardólogos nos van a volver locos! (Si ya no lo estamos).
Cuando al
limonero se le empiezan a caer las hojas y los años van deteriorando el
andamiaje la mina pasa a desmejorarse ante los ojos del macho exigente y la
empieza a ver como un "bagre", un "lorenzo", un "loro
barranquero", un "mono", un "mueble", un
"queso".
Si la mina es
querendona, aficionada al mimo, decimos que es una "faifa" o
"sofaifa" que pertenece al "bramaje", esto la define como
fácil para el amor. Si la mina es una estirada que dice habitar el inexistente
Barrio Norte es una "concheta".
Y podríamos
seguir con la MINA durante varias audiciones, pero por hoy dejamos a la MINA en
paz. Solo nos resta agradecerles a las "papas", "papusas",
"papirusas", a las "chuchis", a las "bombas" y a
las "minonas" la paciencia que han tenido al escucharlo y si por ahí,
por casualidad nos sintonizó algún "bagayo" sepa que no existe la
mujer fea porque como decía muy bien aquella canción que sabían cantar los
gallegos.
"Traigame
una mujer fea que por muy fea que sea yo le veré algo bonito".
(Extracto del Artículo publicado en la Revista CLUB DE TANGO Nro. 44 - Lunfardeando, por Oscar Himschoot)
(Extracto del Artículo publicado en la Revista CLUB DE TANGO Nro. 44 - Lunfardeando, por Oscar Himschoot)
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