Durante seis
años fue la voz de El Arranque, experiencia a la que considera "el jardín
y la universidad" de su carrera. En "Ni más ni menos", su segundo disco
solista, versiona tangos no tan conocidos de la década del cuarenta. En los 80,
fue luchador de catch.
"Me
gustan las formas sutiles, con una acentuación que permita cantar más liviano y
no quedarme en las notas", dice Ariel Ardit. Y allí está su reciente
segundo disco solista, "Ni más ni menos", donde confirma que es uno de los
cantores más refinados de la escena tanguera actual, como ya se intuía en sus
trabajos junto a la Orquesta El Arranque.
Nacido en
Córdoba, hijo de la cantante folclórica Adriana Oviedo (quien solía acompañar a
Jaime Torres y Eduardo Lagos), Ardit comenzó a estudiar canto lírico en su
adolescencia. Seducido por la voz de Carlos Gardel, se introdujo en el tango y
descubrió a quienes hoy son sus referentes: Floreal Ruiz, Alberto Marino,
Enrique Campos, Raúl Berón, Alberto Podestá. Es decir, los grandes cantores de
las orquestas de la edad dorada del tango.
¿Cómo
seleccionó el repertorio de "Ni más ni menos"?
Siempre
mantuve una línea en la elección del repertorio, que tenía que ver con buscar
temas que si bien no estaban en el olvido -porque el público tanguero los
conoce-, no fueran los más trillados, los que siempre se escuchan en las casas
de tango. Se trata de traer esos temas a la memoria de los tangueros y
sorprender a la gente que recién entra en el tango con un repertorio distinto.
Son temas que grabaron los cantores de la generación del cuarenta, que es la
época que más me gusta del tango. Aunque hay algunos de los años veinte, como "El
Abrojito" y "Pero yo sé". En cierta forma, sigo con la búsqueda
de El Arranque. Me gusta cantar de forma sutil, con una acentuación que permita
cantar más liviano y no quedarme en las notas.
¿Qué lo
seduce de los cantores de las orquestas de los años cuarenta?
Yo estudiaba
canto lírico y Carlos Gardel fue el primer referente fuerte que me acercó al
tango desde el canto, desde la voz. Y empecé a fanatizarme, conseguí muchísimo
material, discos, las películas que aún no estaban en DVD. Después, cuando
comencé a trabajar con El Arranque, me interesé por las orquestas típicas y
empecé a comprar discos de los cantores del cuarenta. Me atrae esa amalgama que
hay entre la voz del cantor de orquesta y los instrumentos. Hay un lenguaje que
es muy sutil, sin ningún tipo de estridencias, que busca transmitir un mensaje
claro. No había vedettismo en los cantores.
¿A qué
cantores toma como punto de referencia para sus interpretaciones?
Siento mucha
admiración por la voz de Alberto Marino y por la interpretación de Floreal Ruiz
en las grabaciones con la orquesta de Aníbal Troilo; también me atrae la forma
de frasear y la cosa melódica de Raúl Berón, ya sea con la orquesta de Troilo,
de Enrique Francini y Armando Pontier, de Miguel Caló o de Lucio Demare. Otro
referente ineludible es Enrique Campos, muchas veces pienso en la forma en la
que él interpretaría algún tango sobre el que estoy trabajando, con esa sencillez
que tiene. Y también Alberto Podestá, a quien pude conocer y con quien hoy me
une una amistad.
¿Cómo es esa
relación con Podestá?
Alberto
Podestá es un referente vivo, uno de los mejores cantantes de la historia del
tango. Uno de los primeros discos de tango que compré fue Sombras del puerto,
donde hay una foto en blanco y negro de Podestá y la tapa en color. No sabía ni
que estaba vivo, pero Gabriel Soria, un gran coleccionista y amigo, me ayudó a
contactarlo.
Nos juntamos
a tomar un café. Yo estaba muy nervioso, porque estaba fascinado con la
posibilidad de encontrarme con un tipo que había cantado en los cuarenta con
orquestas tan importantes.
¿Qué pasó en
ese primer encuentro?
Le manifesté
mi gran admiración, le pregunté desde qué comía antes de ir a cantar hasta si
vocalizaba a la mañana o antes de salir al escenario, cosas que me interesaban
acerca de la preparación del cantante. Ahí descubrí que los de esa generación
eran naturalmente cantores de tango, que tenían esa condición fabulosa, no
había grandes secretos. No eran grandes estudiosos, ni facultativos. Alberto me
contó que comenzó que estudiar clases de grande, para cuidarse la voz, cuando
ya tenía toda una carrera hecha. Pero uno escucha las grabaciones y no parece
así. Era muy importante el rol del director. Podestá cuenta cómo Carlos Di
Sarli le enseñaba a frasear, a respirar, a hacer las medias voces. Después,
hicimos una amistad y, ahora, nos juntamos y a veces ni hablamos de tango.
Algunos
críticos afirman que su estilo trae a la memoria el de Floreal Ruiz…
Se trata de
un gran elogio, aunque me siento muy lejos de eso. Es "el" intérprete
para los ortodoxos del tango. Creo que si hubiese una universidad de los cantores
de tango, la última materia sería escuchar el disco Buenos Aires conoce, que
grabó junto a Raúl Garello, en 1977, un año antes de morir. Ruiz nunca tuvo una
gran voz y ahí canta con un hilito, pero es interpretación y esencia pura. No
hay nada más que eso. Es increíble el poder y la concentración que tenía para
expresar algo, que está muy por encima de lo que puede ser una voz linda o fea.
Ese disco, lo
he regalado infinidad de veces. Después, con El Arranque, tuve la suerte de
grabar "Buenos Aires conoce" nada más y nada menos que con Raúl
Garello, y él me autografió el disco. Lo tengo guardado como un tesoro.
¿Qué
recuerdos tiene de su trabajo con la Orquesta El Arranque?
Cuando entré
en la orquesta no tenía ninguna experiencia de cantar con una orquesta y hacía
sólo un año que cantaba tango en El boliche de Roberto, que es donde empecé,
acompañado con una sola guitarra. Tampoco había cantado sobre un arreglo o con
un concepto rítmico bien definido. Así que al principio me costó, pero El
Arranque fue el jardín y la universidad, porque hice todo ahí, mientras
comenzaba a ganar plata como cantor de tango. Fue un curso acelerado, porque
los chicos sí venían con una gran información y formación acerca del tango.
Creo que fue el mejor principio que puede tener cualquier cantor.
¿Por qué
decidió grabar un disco dedicado únicamente al repertorio de Homero Manzi?
Yo tenía una
amistad con su hijo, Acho Manzi. Siempre iba a su casa y él me hacía escuchar
tangos, no sólo de su padre. Me regaló un libro con muchísimos temas de Manzi,
que incluía las partituras; y otro con poemas. Así que cuando, en 2007, se
cumplió el centenario del nacimiento de Manzi, se me ocurrió hacer esos tangos,
que hacía mucho tiempo que nadie cantaba, como "Ramayón", la canción
de cuna "Duerme" y "Negra María".
Presenté ante
la Secretaría de Cultura de la Nación el proyecto para hacer el disco "Lado
B", con las cosas que nadie escucha, aunque siempre estuvieron ahí. Gané
el subsidio y lo grabé con la participación de Juan Quintero y Roberto
Carnaghi, que recitó dos poemas. Ahora, espero que en algún momento sea
editado.
¿Qué desafíos
se plantea a futuro para su carrera?
Mi sueño es
armar una orquesta, pero es muy difícil, por cuestiones económicas, de
logística, de traslado. Uno puede armar una orquesta con grandes músicos para
alguna ocasión, pero es muy difícil lograr permanencia y poder trabajar de eso.
Sin embargo, sé que en algún momento voy a lograr transformar al grupo en una
orquesta actual, no como las del cuarenta. Sé que lo voy a hacer.
El luchador
Antes de
convertirse en cantor de tangos, Ardit se probó, sin éxito, como jugador de
fútbol, fue sonidista en los shows de sus tíos imitadores, vendió señaladores
en los colectivos, trabajó en una cancha de paddle, cortó asado en una
parrilla. También fue luchador de catch. "En la secundaria, me hice amigo
de Alejandro, el hijo de Mister Moto. Apenas lo conocí le dije que su viejo era
mi ídolo de Titanes en el Ring. Me llevó a conocerlo al gimnasio que tenía en
Plaza Italia", recuerda Ardit. No se quedó sólo con la alegría de conocer
a su ídolo: quería practicar lucha. Y recuerda: "Después de un proceso de
ablande a Mister Moto, porque yo tenía sólo 16 años, me sumé a Colosos de la
Lucha, la troupe que había armado después de la separación de Titanes. Mi
personaje era El Joven Fama, que era el paralelo del Pibe 10. Peleaba a cara
descubierta y era de los buenos".
1 comentario:
Estimado Señor Recuerdo:
Su reputación es que a usted le encanta el tango, y nos encanta a nosotros también! La pasión y la tristeza.
Usted es conocido en el ambiente de tango, y nos parece que usted entiende el tango profundamente, y le importa su pasado y futuro. Es increíble leer por este blog - usted ha cubierto la historia del tango con una profundidad impresionante!
Somos **Julie & Andreas**, dos Noruegos formando un duo de tango que de hecho une el arpa con el bandoneón.
Usted ha demostrado su conocimiento sobre el tango y creemos que debemos dar respeto a su opinión:
**_Queremos regalarle un anticipo de nuestro nuevo disco inminente y pedir su opinión sobre él._**
Si le interesa, por favor responda, y le daremos acceso al enlace privado de streaming en SoundCloud.
Por Cierto, como parte de **_Tango Buenos Aires Festival y Mundial 2018_** daremos un concierto en la Usina del Arte el 18 de Agosto. Si está por la ciudad, por favor vaya al show!
Viva el tango!
Saludos Cordiales,
Andreas Rokseth
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