Por ese entonces, yo aspiraba a ser probado por alguna orquesta típica. Consigo una entrevista con un bandoneonísta que tenía orquesta en el Imperio Cabaret, que estaba en Maipú, antes de Lavalle. Realizamos la prueba y no le gusté. En realidad él quería alguien conocido y a mi me conocían el tano Fidel de Luca, "el pibe de la flauta", los choferes y algún pasajero que se acordara de dos pibes que cantaban en los colectivos de la línea 24. Insistí, y conseguí llegar a Juan Giordano, un buen bandoneonísta que también resultó ser un buen amigo y consejero del "Pibe" que era yo. Debutamos en el Hotel Hurlingham de Mar del Plata por toda la temporada. Comíamos y vivíamos en el mismo hotel, de modo que los 150 pesos que ganaba por mes, se los giraba completos a mi vieja. Allí, en Mar del Plata, me hice amigo de Luis Ángel Firpo y su señora Blanquita, que vivían también en el anexo, o sea abajo, pegado a la Playa de los Ingleses. Era uno de los mejores hoteles de Mar del Plata y vivían allí los grandes personajes. Luis Ángel Firpo y Blanquita, me llevaban con ellos a todos lados. En invierno, actuábamos en el grill del City Hotel. Así estaban las cosas hasta que un día nuestro contrabajista comenta que Alfredo De Angelis estaba buscando cantor, pues se iba Héctor Morea. Yo por nada del mundo quería irme, ya que estaba encariñado con todos los muchachos de la orquesta, pero el destino sería el encargado de decir la última palabra.
Por influencia de mis compañeros y también mediante gestiones, se consigue que Alfredo de Angelis me tome una prueba en Radio El Mundo. Alfredo de Angelis estaba escuchando desde el control y yo acompañado por Juancito Larenza canto "Necesito olvidar". La prueba fue decisiva. Con Néstor Rodi, Larenza y Alfredo salimos a tomar una copa a un bar de al lado de la radio. Se concretaron los ensayos y también se concretó el que mi madre debía firmar el contrato pues yo era menor de edad. Cuando yo pedí un coñac de marca francesa, Néstor Rodi, al ver la botella, dice: A partir de este momento te vas a llamar como este coñac francés, suprimiéndole una "L", y así fue como en contados minutos pase de Julio Harispe "el precoz cantor", a ser el que luego ustedes conocerían como Julio Martel, quien entre tantas satisfacciones tuvo la de grabar un tema de su compadre Guillermo Vilar, "Altar sin luz". A propósito, el día del bautismo del pibe, tuvo que reemplazarme Carlitos Dante, pues yo estaba con unos amigos y me había olvidado. Como siempre, Carlitos me sacaba de problemas.
A comienzos del año ‘42, el bar "Marzzotto" fue trampolín a la fama de la orquesta. Yo debuté en esa fecha al lado de mi querido amigo y gran colega Floreal Ruiz, en reemplazo como ya dije de Héctor Morea. Como consecuencia del éxito en el Marzzotto, nos contrata Radio El Mundo. Fue en ese tiempo en que Néstor Rodi, glosista y además representante de la orquesta, arregla nuestro primer carnaval en la Editorial Haynes. Alfredo de Angelis, su orquesta, Floreal Ruiz y Julio Martel.
Al desvincularse Floreal para ir a la orquesta del gordo Pichuco, debuta Carlitos Dante, precisamente en el Marzzotto. Ocurre algo realmente extraordinario con el tango de Lespes y Yaraví: "El tropero del amor". Un éxito sin par de Carlos. Hubo días que la cantidad de gente en la calle, hacía cortar el tránsito de Corrientes. Creo que nunca se había registrado en el medio popular un suceso semejante. Nuestro primer dúo fue el vals de Canaro "Soñar y nada mas", un suceso, junto a otros como "Que buena es", como ya mencionara, mi primera grabación. Grabación realizada con la emoción de llevarle el disco a mi madre, y de participar del elenco de un sello tan importante como Odeón. Aún no podía olvidar mis actuaciones de pibe y me parecía vivir un sueño al encontrarme en el lugar en que estaba. Cuánto tiempo había pasado desde el día en que mi viejo me sorprendiera escuchando a Ignacio Corsini !
Comenzaron luego los bailes semanales en que tuvimos oportunidad de realizar hasta 27 bailes en un mes. Actuábamos hasta los días lunes con el mismo éxito que un sábado o domingo. Los fines de semana para poder cumplir con todos los compromisos actuábamos en dos clubes los sábados y dos los domingos, uno a la tarde y otro a la noche. Vinieron los carnavales en Argentino Juniors. Hubo lugares en que la gente, en el afán de poder entrar, llegó a voltear paredes. A todo esto le sucedieron los contratos en Tibidabo, Confitería Ruca, Tango Bar, y también La Armonía. Allí precisamente tuve la gran emoción de conocer al gran Enrique Santos Discépolo. Discepolín nos vino a saludar pues yo le había grabado el tango "Chorra", de gran éxito en ese momento y siempre, como todo lo que hizo Discépolo. Anteriormente en el Congo de Chacarita había tenido otra de las grandes emociones que no sé olvidar, al conocer a Celedonio Esteban Flores. Luego llegó el "Glostora Tango Club", audición que comenzábamos el 1º de abril y terminábamos el último día de diciembre. Era un contrato de tan larga duración que creo ninguna otra orquesta había realizado. Seguimos haciendo carnavales en Racing, Independiente y en 1947 en San Lorenzo, Junto a Barry Moral, se obtuvo una recaudación que tardaron mucho tiempo en superar.
(redactada por Julio Martel)
Miguel Recuerdo.
Por influencia de mis compañeros y también mediante gestiones, se consigue que Alfredo de Angelis me tome una prueba en Radio El Mundo. Alfredo de Angelis estaba escuchando desde el control y yo acompañado por Juancito Larenza canto "Necesito olvidar". La prueba fue decisiva. Con Néstor Rodi, Larenza y Alfredo salimos a tomar una copa a un bar de al lado de la radio. Se concretaron los ensayos y también se concretó el que mi madre debía firmar el contrato pues yo era menor de edad. Cuando yo pedí un coñac de marca francesa, Néstor Rodi, al ver la botella, dice: A partir de este momento te vas a llamar como este coñac francés, suprimiéndole una "L", y así fue como en contados minutos pase de Julio Harispe "el precoz cantor", a ser el que luego ustedes conocerían como Julio Martel, quien entre tantas satisfacciones tuvo la de grabar un tema de su compadre Guillermo Vilar, "Altar sin luz". A propósito, el día del bautismo del pibe, tuvo que reemplazarme Carlitos Dante, pues yo estaba con unos amigos y me había olvidado. Como siempre, Carlitos me sacaba de problemas.
A comienzos del año ‘42, el bar "Marzzotto" fue trampolín a la fama de la orquesta. Yo debuté en esa fecha al lado de mi querido amigo y gran colega Floreal Ruiz, en reemplazo como ya dije de Héctor Morea. Como consecuencia del éxito en el Marzzotto, nos contrata Radio El Mundo. Fue en ese tiempo en que Néstor Rodi, glosista y además representante de la orquesta, arregla nuestro primer carnaval en la Editorial Haynes. Alfredo de Angelis, su orquesta, Floreal Ruiz y Julio Martel.
Al desvincularse Floreal para ir a la orquesta del gordo Pichuco, debuta Carlitos Dante, precisamente en el Marzzotto. Ocurre algo realmente extraordinario con el tango de Lespes y Yaraví: "El tropero del amor". Un éxito sin par de Carlos. Hubo días que la cantidad de gente en la calle, hacía cortar el tránsito de Corrientes. Creo que nunca se había registrado en el medio popular un suceso semejante. Nuestro primer dúo fue el vals de Canaro "Soñar y nada mas", un suceso, junto a otros como "Que buena es", como ya mencionara, mi primera grabación. Grabación realizada con la emoción de llevarle el disco a mi madre, y de participar del elenco de un sello tan importante como Odeón. Aún no podía olvidar mis actuaciones de pibe y me parecía vivir un sueño al encontrarme en el lugar en que estaba. Cuánto tiempo había pasado desde el día en que mi viejo me sorprendiera escuchando a Ignacio Corsini !
Comenzaron luego los bailes semanales en que tuvimos oportunidad de realizar hasta 27 bailes en un mes. Actuábamos hasta los días lunes con el mismo éxito que un sábado o domingo. Los fines de semana para poder cumplir con todos los compromisos actuábamos en dos clubes los sábados y dos los domingos, uno a la tarde y otro a la noche. Vinieron los carnavales en Argentino Juniors. Hubo lugares en que la gente, en el afán de poder entrar, llegó a voltear paredes. A todo esto le sucedieron los contratos en Tibidabo, Confitería Ruca, Tango Bar, y también La Armonía. Allí precisamente tuve la gran emoción de conocer al gran Enrique Santos Discépolo. Discepolín nos vino a saludar pues yo le había grabado el tango "Chorra", de gran éxito en ese momento y siempre, como todo lo que hizo Discépolo. Anteriormente en el Congo de Chacarita había tenido otra de las grandes emociones que no sé olvidar, al conocer a Celedonio Esteban Flores. Luego llegó el "Glostora Tango Club", audición que comenzábamos el 1º de abril y terminábamos el último día de diciembre. Era un contrato de tan larga duración que creo ninguna otra orquesta había realizado. Seguimos haciendo carnavales en Racing, Independiente y en 1947 en San Lorenzo, Junto a Barry Moral, se obtuvo una recaudación que tardaron mucho tiempo en superar.
(redactada por Julio Martel)
Miguel Recuerdo.
2 comentarios:
Hola! Una gran persona Julio Martel. Yo tuve la suerte de conocer muchos hoteles en mar del plata , entre ellos, el hotel Hurlingham y me encantó. Saludos!
La verdad, una oportunidad unica poder tener una entrevista con un groso como martel, cada anecdota, cada palabra llena de historia, no tiene desperdicio esta entrevista, sobre todo tambien lo que fue y es la ciudad de mar del plata, el centro de todos los espectaculos, cada uno de los hoteles en mar del plata debe tener mucho para contar
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